A nivel científico, una forma de
identificar y clasificar a los animales, plantas, insectos, bacterias, etc., es
a través de la taxonomía biológica, cada organismo es clasificado por reino,
división, clase, orden, familia, género y especie; de éstas categorías, la más
importante es la especie, ya que es la unidad básica de la clasificación
biológica, por ejemplo, el término Pinus es un género integrado por numerosas
especies de pinos (pino albar, pino negral, pino carrasco, etc.) o el Homo
sapiens (“Hombre sabio”) que corresponde al género hombre y a la especie del
hombre actual; de la misma forma se cuenta con especies animales que se diferencian
claramente un organismo de otro.
Una vez que sabemos esto,
parecería impensable que tengamos que poner atención en el tipo de especie de
carne con la que nos alimentamos, sin embargo, la diversidad cultural (hay
países, regiones o individuos que no se alimentan de cierto tipo de carne, por
ejemplo, los musulmanes no comen carne de cerdo), las diferentes estrategias de
sanidad (hay países que controlan cierto tipo de alimentos, como los lácteos,
por cuestión de alergias o por cierto tipo de intolerancias), pero
principalmente la sustitución o adulteración por motivos económicos, hace
necesario que en todo el mundo se tengan que realizar análisis para la
identificación de la especie animal de la carne que se comercializa y se pone a
disposición de los consumidores.
La adulteración de materias
primas como la carne y la leche de una especie a otra, sucede comúnmente cada vez más por el incremento de la demanda de estos productos en todo el mundo
y la dificultad de ponerlos a disposición del consumidor final, lo que genera
un alza de precios en los productos originales, que tratan de ser remplazados
por otros, tal es el caso de la carne de perro o caballo que trata de ser
colocada en lugar de la carne de res, o la leche de cabra por la de vaca. Para
el personal experimentado y conocedor, es difícil que el engaño prospere, sin
embargo, en los centros de distribución de todo el mundo donde se manejan
toneladas de carne o litros de leche diariamente, es difícil identificar a
simple vista una especie de otra, no se diga en la carne incluida en cada vez
más platillos listos para comer (Ejemplo claro lo tenemos en el caso español,
donde carne de caballo fue encontrada dentro de ravioles listos para
prepararse, en lugar de carne de res).
Es por ésta razón que el análisis
de especie animal en la carne fresca y en los productos procesados que contienen
carne es muy importante hoy en día. La identificación de proteínas es un método
que hasta hace un tiempo se había venido utilizando, sin embargo la
desnaturalización de las mismas por los procesos térmicos a los que son
sometidos los alimentos, han hecho que este método haya perdido efectividad
para alimentos preparados, por lo que actualmente se utilizan técnicas de ADN
mitocondrial como un efectivo marcador de especies, ésta técnica basa su
efectividad en que la información genética se encuentra en todas las células
nucleadas de cualquier tejido o fluido del animal y porque la información
permanece invariable a lo largo de la vida del animal, su sacrificio e incluso
su procesamiento. Así que, cuidado con lo que se come!!.
Este artículo ha sido escrito a
petición de uno de nuestros lectores, le agradezco su propuesta, les envío un
saludo y espero sus comentarios.
Q.F.B. Enrique Herrera Guadarrama. ASAP Laboratorio
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