De acuerdo a mi experiencia en la industria de alimentos, he
observado que continuamente se están lanzando al mercado nuevos productos, que
los productos que se consumían en antaño prácticamente han desaparecido y que
los nuevos solo sobreviven con muchos esfuerzos 2 o 3 años; las empresas se
preocupan por entregar productos con sabores, colores y características
diversas, esto con el fin principal de atender a los consumidores y darles
opciones ante una de las tendencias más importantes en la actualidad: el
cuidado de la salud
Pero, ¿todo este esfuerzo, inversión y preocupación vale la pena?...
recuerdo que hasta hace unos años lo más común era comer en casa, mamá
preparaba la comida acudiendo al mercado diariamente y trayendo la materia
prima fresca, casi sin refrigerar, preparaba el agua de alguna fruta, un guisado
o la ensalada y en ocasiones una sopa, crema o caldo, todo esto casi en el
momento que se iba a comer, ¿recuerdan esos olores, sabores y experiencias?, la
velocidad de nuestra vida actual ha hecho que muchos de los alimentos que ahora
consumimos sean’ previamente procesados, estandarizados y empacados para
servir, calentar y comer, por supuesto que esto nos facilita la vida, pero… ¿y esos
aromas, el sabor, las experiencias?, ese toque particular que cada una de
nuestras madres le daba a su comida, se está perdiendo, ahora buscamos los
restaurantes con los chefs más reconocidos para degustar los alimentos en su
sabor original y preparados al momento.
Por su parte, la industria procura realizar alimentos con el mínimo
de sodio (sal), el mínimo de grasa, el mínimo de azúcar y las mayores
proteínas, fibras, vitaminas, minerales para apoyar a la población a nutrirse
correctamente y a complementar su alimentación con el fin de ser personas más
sanas y evitar caer en enfermedades crónico degenerativas como la diabetes,
hipertensión, obesidad, infartos, etc. todo esto promovido y apoyado por las
mismas instancias gubernamentales y yo me pregunto ¿y el sabor?, esas
sensaciones y emociones al comer un chocolate, una carne, un vino, un pastel?
Pienso que el acto de comer no solo es una necesidad nutricional o
energética, si solo lo percibimos de esa manera, estamos dejando atrás todas
las sensaciones e incluso emociones que una buena comida nos puede generar: el
olor, el color, la percepción de las texturas y la apariencia, por supuesto el
sabor de la comida quedaría como algo sin sentido.
Pienso que estamos errando el camino, efectivamente la salud –en la
mayoría de las ocasiones- comienza por la boca, dicen por ahí que “eres lo que
comes”, pero creo que en un afán de salud mal entendida nos estamos privando
del gusto y las grandes sensaciones de la buena comida, creo que lo importante
no está en hacer insípida la comida y no ponerle sal porque soy hipertenso, no
comer azúcar porque soy diabético, no consumir algunas grasas que son
deliciosas porque estoy en una dieta, tengo sobrepeso o soy obeso, la solución
no está ahí sino en nuestra disciplina personal, en hacer conciencia que tengo
que hacer ejercicio constante y continuamente para utilizar la energía que consumo,
pero junto con esto, medir las porciones que nos comemos, es impresionante ver
como en una comida corrida nos comemos dos sopas (harinas principalmente), un
guisado, agua y postre para aprovechar los $30-$40 que pagamos o nos comemos
los platillos de aquellos restaurantes que por ser caros justifican sus precios
dando raciones que podrían compartirse familiarmente y que se los come una sola
persona o comemos en la comida rápida cantidades impresionantes de refrescos,
papas e incluso grasas.
Amigos, la solución creo que no está en dejar de comer rico, con
sabor, sino en comer lo indicado, en cantidad suficiente, ordenada,
moderadamente y hacer ejercicio, pienso que así se ganaría más, ganaría el
consumidor, degustando las cosas en sus sabores y olores originales, la
industria no tendría que gastar tanto dinero y las instituciones de salud
tendrían también menos casos de enfermedades que definitivamente son provocadas
por lo que nos llevamos a la boca.
¿Así que?, ¿Qué piensan ustedes?, espero sus comentarios, un saludo.
Enrique Herrera Guadarrama - ASAP Laboratorio
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