Los productos
alimenticios mexicanos han alcanzado altos niveles de calidad y han obtenido el
reconocimiento en el mercado nacional e internacional; sin embargo, actualmente
enfrentan el nuevo reto de constituirse como alimentos de buena calidad, sanos,
saludables, nutritivos, sabrosos y sobre todo inocuos, capaces de competir y
mantener satisfecho al mercado extranjero.
Lograr lo anterior requiere que las personas involucradas en la cadena
alimentaria desde la explotación agrícola, pecuaria, pesquera o acuícola,
hasta el consumidor final- se responsabilicen del control de los riesgos químicos,
físicos y microbiológicos, para ello es necesario el conocimiento
y aplicación de las Buenas Prácticas de Producción y Manufactura así como los
Procedimientos Operativos Estándar de Sanitización.
Cuando hablamos
de Buenas Prácticas de Manufactura nos referimos al conjunto de procedimientos,
controles y actividades encaminadas a reducir los riesgos de contaminación
química, física y microbiológica de los productos. Las BPM incluyen desde la
elección de la ubicación de la unidad de producción de agua y suelo libres de
contaminantes, lejanía de áreas destinadas para deshechos industriales y
basureros, evitar el paso de animales a los campos de cultivo, instalaciones
físicas adecuadas a fin de evitar la contaminación cruzada durante la
producción, equipos adecuados para la correcta ejecución de las actividades;
instalaciones sanitarias y programas de limpieza y desinfección de
instalaciones, equipos y utensilios; manejo adecuado de deshechos; el control
de plagas, aplicación de los criterios para el uso de sustancias químicas y
criterios de sanidad; la higiene y salud de los trabajadores; calidad y manejo
de los insumos y movilización de los productos.
Las Buenas
Prácticas de Manufactura forman parte de un Sistema de Aseguramiento de la Calidad destinado a la
producción homogénea de alimentos, las BPM son especialmente monitoreadas para
que su aplicación permita el alcance de los resultados esperados por el
procesador, comercializador y consumidor, con base a las especificaciones
plasmadas en las normas que les apliquen.
Las Buenas
Prácticas de Manufactura generan ventajas no solo en materia de salud o
calidad, los empresarios se ven beneficiados en términos de estandarización de
producto, reducción de pérdidas por descomposición o alteración de producto y
por otra parte mejora el posicionamiento del producto al poder garantizar la
misma calidad en cualquier lugar y en cualquier momento.
Las Buenas Prácticas de
Manufactura son fundamentales en la industria para la implementación de
sistemas como HACCP (Hazard Analysis and Critical Control Points), ISO 22000 y
muchos otros sistemas de garantía de calidad, ya que son pre-requisitos o la
base sobre la cual se asientan estos otros sistemas.
Espero sus comentarios, les envío
un saludo a todos.
Q.F.B. Enrique Herrera Guadarrama. Dirección. ASAP Laboratorio
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